martes, 25 de agosto de 2015

La Felicidad...




Hay simples momentos en los que ya las fuerzas no te dan para seguir luchando, en los que sólo quieres rendirte y dejarte llevar por la corriente, que otros tomen decisiones, que otros te dirijan, que otros tomen tus responsabilidades, momentos en los que te cansas de llevar esa carga tan pesada.


Pero ¿para qué nos afanamos tanto en la vida? ¿Qué es lo que vamos persiguiendo? ¿Será, algo que llaman "felicidad"? Se ha escrito tanto sobre éste tema, hay tantos libros, charlas, conferencias, religiones, etc, tratando de ayudar a que la gente consiga la "felicidad". Yo creo que la felicidad la podemos encontrar en nosotros mismos, que sólo basta hacer un encuentro personal, hacer reflexiones, para darte cuenta que tu mismo eres capaz de darte una felicidad absoluta.

Es muy mediocre pensar que la felicidad te la puede dar otra persona, suena hasta absurdo, pues sabemos que no existe persona que te conozca al 100% como tu eres, ¿quién te conoce mejor que tú mismo?, nadie, tu sabes tus gustos, tus placeres, tus pasiones, tus debilidades, tus mayores temores, y eres tú quien puede hacer todo eso que te da felicidad. Es cierto que necesitarás de otras personas para obtener esa felicidad, y es allí donde actúa el arte de socializar, crear lazos entre individuos, etc, pero no son esas personas las responsables de tu propia felicidad, no es la empresa donde trabajas, no es tu jefe, no es tu compañero de trabajo, ni tu pareja, NO...eres tú...hazte cargo de tu satisfacción personal.

Si ya has hecho estas reflexiones, ya te has dedicado a conocerte a ti mismo, es momento de actuar, empieza a hacer todo aquello que te de satisfacción, deja ese trabajo que te frustra, esa pareja que te limita, decide POR TI, otro no lo hará!!
 

jueves, 23 de julio de 2015

Luchando con demonios mentales y paradigmas sociales...


No hay peor lucha que la que llevamos día a día con nuestros demonios mentales; me refiero a esa voz interna que nos habla en el momento menos oportuno, para limitarnos, para gritarnos que no debemos hacer esto o aquello, porque para la sociedad no está bien, porque tus padres no estarían contentos con eso o porque no es lo que te han enseñado en casa.

Esas voces que aparecen cuando estamos a punto de salir de nuestra zona de confort, cuando queremos hacer un cambio, o tomar una decisión radical en nuestra vida y de repente empiezas a dudar, a escuchar a la voz que te dice: ¿tú eres loco (a)? Así como están las cosas funcionan, ¿para qué las quieres cambiar? En esa empresa te están pagando muy bien, y tienes tu vejez asegurada, ¿para qué vas a inventar algo tuyo? Pudiendo estudiar aquí mismo dónde vas a vivir con tus padres y no te va a faltar nada, ¿para qué te vas a ir a otra ciudad a estudiar esa carrera? Y así, un sin fin de razones que muchas veces terminamos justificando y cediendo ante esa "vocecita" que parece ser tan inocente.

¿Vocecita inocente? — Pues no, no es nada inocente

Esa vocecita hay que llamarla por su nombre, para que sepamos contra qué estamos luchando. Esa vocecita yo la llamo "Demonios mentales", y es eso justamente, son demonios internos con los que vamos luchando a lo largo de nuestra vida, yo diría que se asemeja un poco a los juegos de vídeo, cuando vences a un enemigo y crees que ya ganaste, pues NO, resulta que aparecen otros. Es despertar en la mañana y decir: “ya he vencido todos mis demonios mentales, ahora voy a comerme el mundo”, y allá afuera te están esperando más, con los que tienes que volver a luchar y vencer.

Mis demonios internos y el cómo los enfrenté



Por ejemplo, uno de mis demonios internos era que DEBÍA ejercer la carrera que había estudiado. No voy a mentirles diciéndoles que estudié algo que no me gustaba, no, cuando decidí estudiar Contaduría Pública me gustaba, para mí no había otra opción, la estudié con todo el empeño, me gradué y cuando empecé a ejercerla pasaron sólo 7 meses para darme cuenta que eso no era lo que quería hacer por el resto de mi vida, es un trabajo muy rutinario y sentía que me quemaba haciéndolo (es para personas disciplinadas). Son 15 días para hacer declaraciones de impuestos y 15 días para hacer contabilidad, todos los meses. Claro está (para los contadores que lean esto) que la carrera es mucho más amplia, pero ¿si no te apasiona lo básico, crees que lo más complejo lo harías con pasión y empeño?

Bueno, la lucha con éstos demonios mentales empieza cuando decido hacer algo diferente a lo que estudié, me empezó a atraer la parte de gerencia, liderazgo, manejo de equipos, cultura organizacional y afortunadamente conocí a un mentor, una persona que se dedicó a enseñarme mucho sobre éstos temas, comencé a desarrollar pasión por la lectura, me preparé de forma autodidacta y empecé a ejercer ésta área que es la que desempeño hoy por hoy, después de 6 años de haber encontrado éste norte. Me siento totalmente satisfecha de haber tomado la decisión de no escuchar la vocecita y disfrutar de lo que hago día a día, muy distante de lo que estudié.

Sobre los paradigmas sociales

Estos demonios mentales vienen ligados justamente a los paradigmas sociales, es una cadena, la sociedad dicta una norma, nuestros padres las toman para sí, nos forman bajo esas normas y cuando empezamos a tener raciocinio, decisión propia, independencia de pensamiento, empieza la lucha con lo que queremos y TODAAAA esa porquería que han ido metiendo en nuestra mente. Frases contradictorias como: "haz lo que te dé la gana, pero después que te gradúes", ajá ¿y si antes de graduarme me muero? ¿Debo morir sin haber desarrollado mi pasión? CUIDADO nos dejamos vencer por esos demonios... Friedrich Nietzsche decía "Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti."

¿Cómo detectar un demonio mental?

Como ya les mencioné, éstos demonios se disfrazan como una vocecita inocente, para detectarlos hay una pregunta que NO FALLA. ¿Esa vocecita, te está limitando o frenando? Si la respuesta es afirmativa, así sea mínimo el límite, estás ante un demonio mental.

¿Qué hacer una vez que lo detectes?




1. Empieza DE UNA VEZ a trabajar en la decisión que has tomado, no esperes ni un segundo más, ocupa tu mente en esa nueva meta, ese nuevo sueño, escríbelo, háblalo con esas personas que te sirvan de apoyo o estímulo para llevarlo a cabo y ACTÚA.

2. Elimina completamente de tu vocabulario las palabras auto-limitantes, como: "no puedo", "es imposible", "yo no nací para eso", estas palabras o frases sólo sirven para alimentar a ese demonio mental, y te impide ACTUAR. Sustitúyelas por palabras poderosas como "si puedo", "lo voy a lograr", "voy a prepararme para ello" y por supuesto combínalas con la ACCIÓN.

3. Por último y según mi propia experiencia les recomendaré un hábito que me ha ayudado muchísimo con ésta lucha contra demonios mentales y paradigmas sociales y es llevar un diario. Si, un diario. Los diarios no son para las niñas de 15 años únicamente, empiecen por romper ese paradigma. Comiencen a escribir un diario dónde puedan ir registrando los pequeños avances que van logrando en pro de sus sueños, escriban allí todo, los pequeños fracasos que tengan, esos momentos en que te quedaste paralizado y no actuaste, también cuando lograste dar un paso que llevabas tiempo por dar, ANOTA TODO en ése diario, y luego de un tiempo, cuando leas esas páginas te darás cuenta que con pequeños pasos has logrado no sólo vencer demonios, si no también alcanzar metas que antes veías muy lejanas.

Y para finalizar les dejo otra cita de Friedrich Nietzsche para que la mediten y consideren: "Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes."

Twitter e Instagram: @mili_fabi