Eran las 2 de la mañana y no lograba conciliar el sueño, me había tomado aquella fulana pastilla recomendada por el médico, ése que cuando murió mi esposa, me dijo sutilmente, que si no me la tomaba cada día iba a parar en loco, me encerrarían y me colocarían una camisa de fuerzas. ¿Por qué ese hombre me dijo eso?, ¿Es que acaso había dado indicios de locura en mi comportamiento, o quizás él creía que sin Josefa no lo podría lograr?.
Han pasado ya 5 años desde su muerte, desde ese día en que sencillamente decidió dejarme para ir al encuentro de nuestro hijo. Siempre he pensado que fue muy egoísta de su parte, irse sin avisarme, sin decirme si quiera que ya estaba cansada de mi compañía, y además irse y dejarme en esta casa enorme, donde cocinar se me hace perezoso y dormir completo no consigo ni una sola noche. Tampoco todo ha sido tan malo desde hace 5 años, por lo menos tengo mucho más espacio en la cama y ya no tengo que esperar que vea su novela para yo poner mi programa favorito.
Hoy, en el quinto aniversario de su partida, decidí finalmente salir de la casa, creo que ya es suficiente luto, creo que ya no hay más lágrimas por llorar, ya no hay más palabras en contra de Dios para que me explicase por qué decidió llevársela de mi lado, si es que ese dios de verdad existe. Pasaron 5 años y todo seguía intacto, ella no regresó, ni siquiera en las noches a espantarme, simplemente ya no está.
Salgo de casa con la firme convicción de unirme a su encuentro, preparo algo de comida ligera para el camino, me pongo mi mejor atuendo para la ocasión y salgo caminando, camino y camino hasta llegar al río, ese río donde siendo tan sólo unos chiquillos nos conocimos; aún recuerdo el vestido que llevaba Josefa, tenía 16 años, yo 18 y disfrutábamos de la vida como más nadie lo hacía. Luego de ese día, nos encontrábamos cada Jueves en la noche, a la orilla de este río, para amarnos sin igual, para entregarnos en cuerpo y alma. Este río cómplice de nuestro amor, este rio hoy será cómplice de nuestro encuentro. Son tan sólo las 2 de la mañana, espero estés igual de hermosa que cuando te despedí hace 5 años.